Todos hemos soñado alguna vez con tener una Harley Davidson aparcada en nuestro garaje, si bien su precio es, cuanto menos, prohibitivo. Comprar una moto de segunda mano puede ser una buena opción si quieres ahorrar dinero y conseguir una máquina que se ajuste a tus necesidades. Pero para evitar sorpresas desagradables y asegurarte de que estás haciendo una buena compra, hay ciertos aspectos que no puedes pasar por alto.
En este artículo, analizamos los cinco puntos clave que debes revisar siempre antes de cerrar un trato, tanto si buscas una un modelo de la conocida marca americana como motos 125 de segunda mano.
Estado general de la moto
Lo primero que debes hacer al ver una moto de segunda mano es revisar su estado general: pintura, plásticos, espejos, asiento, etcétera. Fíjate si hay señales de desgaste, golpes o reparaciones mal hechas. Si la moto presenta muchos arañazos o partes oxidadas, puede ser indicativo de que no ha recibido un buen mantenimiento.
No te limites a lo superficial: comprueba el estado del chasis para ver si tiene alguna grieta o signo de haber sido reparado, ya que podría indicar un accidente previo. Una moto que ha sufrido un accidente grave puede tener problemas estructurales que no se ven a simple vista.
Motor y sistema de escape
El corazón de cualquier moto es su motor, así que merece una atención especial. Al encenderla, presta atención al sonido del motor. Debería arrancar con facilidad y mantener un ritmo constante sin ruidos extraños. Si escuchas ruidos metálicos, golpes o si la moto se apaga sola, podría haber un problema interno serio.
El sistema de escape también es importante. Revisa que no tenga fugas, daños y no genere más ruido del necesario. Si está en mal estado, puede afectar al rendimiento de la moto y el consumo de combustible. Eso por no hablar de que ciertas modificaciones pueden no cumplir con las normativas de ruido y emisiones, con todo lo que ello con lleva: multas, problemas con la ITV, etcétera.
Estado de los neumáticos y frenos
Los neumáticos y los frenos son dos de los componentes más importantes para la seguridad del vehículo, por lo que no debes pasarlos por alto. Revisa el desgaste de los neumáticos, comprobando que el dibujo no esté demasiado gastado. Si los neumáticos están muy desgastados, tendrás que cambiarlos pronto, lo que da cierto juego a la hora de negociar el precio final.
En cuanto a los frenos, asegúrate de que las pastillas no estén desgastadas y que los discos no presenten grietas ni irregularidades. Un truco sencillo es frenar la moto durante una prueba de conducción para verificar que los frenos respondan de manera rápida y segura, sin ruidos ni vibraciones de ningún tipo.
Kilometraje y mantenimiento
El kilometraje de una moto es un buen indicador de su uso, pero no lo es todo. Al fin y al cabo, una moto con pocos kilómetros, pero sin un buen mantenimiento, puede estar en peor estado que una con más kilómetros, pero bien cuidada. Lo más recomendable es en estos casos es solicitar al propietario el libro de mantenimiento o las facturas de las revisiones.
Esto te dará una idea clara de si la moto ha recibido los cuidados necesarios, como cambios de aceite, revisión de filtros y ajuste de válvulas. Una moto bien mantenida suele durar más y tiene menos problemas a largo plazo. También puedes optar por dispositivos de diagnosis para comprobar si ha habido recortes en el kilometraje o algún problema de mantenimiento.
Documentación y situación legal
Finalmente, y quizá lo más importante, es revisar que la moto esté al día con toda la documentación necesaria. Comprueba que el número de bastidor coincida con el de los papeles y que no haya ningún embargo o multa pendiente.
Antes de firmar nada, pide un informe en la Dirección General de Tráfico para asegurarte de que la moto no tiene cargas legales. Y por supuesto, revisar que la moto tenga pasada la ITV y que esté asegurada, al menos, hasta el día de la compra. Comprar una moto con problemas legales puede convertirse en una auténtica pesadilla.