Según explica Juan Luis Gómez Pinchetti, director del Banco Español de Algas, este estudio, pese a centrarse en el Mar Mediterráneo, ha supuesto un esfuerzo investigador y de transferencia muy útil para identificar los cuellos de botella que también se registran en nuestro ámbito, en Canarias y en general en la Macaronesia, y las posibles soluciones para que este sector emergente despegue y desarrolle todo su potencial. La ULPGC aporta su bagaje en esta área, especialmente en la producción y transformación de algas, así como en las acciones de innovación y diversificación en la acuicultura, ámbitos en los que este estudio tendrá una repercusión en el Archipiélago.
En el caso del Mediterráneo, las posibilidades de la biotecnología azul quedan lastradas tanto por una falta de identificación clara de las cadenas de valor (en términos empresariales, esto se define como un modelo teórico que permite describir el desarrollo de las actividades de una organización generando valor al producto final), como por la alta fragmentación de las iniciativas de innovación. El resultado es un escenario en el que se pierden oportunidades de generar economía y crecimiento.
Tras un análisis de la situación actual del sector de la biotecnología marina, el estudio plantea tres cadenas de valor prometedoras: la producción de algas para la obtención de compuestos de valor añadido, el desarrollo de la acuicultura multitrófica integrada (una práctica en la que los desechos de una especie se “reciclan” para convertirse en nutrientes para otras, ya sea en forma de alimentos o de fertilizantes) y la valorización de la acuicultura y la pesca, las capturas no deseadas y los descartes, de manera que se aprovechen al máximo los recursos marinos.
Los resultados de este trabajo han sido dados a conocer en la revista científica Marine Drugs, una revista de alto impacto y amplia difusión en el campo de la Biotecnología Marina.