El conocimiento es un recurso de gran valor para la competitividad en las organizaciones empresariales, por lo que fomentar los comportamientos basados en el mismo es de especial interés para las empresas; por ello, los investigadores quisieron profundizar en el papel que el humor ejerce en la disposición de los trabajadores a compartir o no esos conocimientos. A tal fin, se basaron en un modelo que identifica cuatro tipos de humor diferentes según sean positivo o negativo, o dirigido hacia uno mismo o hacia otras personas.
El humor afiliativo es el que más induce a compartir conocimientos; sin embargo, los autores hallaron que, más que promover este tipo de humor en el entorno laboral, los supervisores obtienen mejores resultados si evitan las formas negativas de humor, como usar el sarcasmo, la autocrítica destructiva o la hostilidad. Esto genera mejor ambiente y no se percibe como forzado, que es un riesgo que se corre cuando se quiere usar un humor afiliativo de una forma que no le es natural a la persona.
El humor se extiende de manera orgánica en la organización, como un “lubricante social”, y además de predisponer a compartir conocimientos, refuerza otros comportamientos deseables, y hace que los supervisores sean percibidos como accesibles y más dados a construir relaciones interpersonales, reduciendo el estrés.
Firman este trabajo, publicado en la revista Asia-Pacific Journal of Business Administration, el profesor Pablo Zoghbi Manrique de Lara, del Departamento de Economía y Dirección de Empresas, la profesora del mismo Departamento Laura Romero Domínguez, y la profesora Upasna A. Agarwal, del Indian Institute of Management Mumbai, en India.