Llegó a Fuerteventura, atendió a la prensa, le dio tiempo hasta para dar alguna entrevista en algún medio de comunicación escrito, pero le faltó tiempo para atender las necesidades de una isla que pide a gritos que se le resuelvan los problemas.
Si, todos hemos visto el vídeo de como el Presidente del Cabildo Insular de Fuerteventura, Blas Acosta, decía que no quería ser impertinente pero el tiempo apremiaba y quería reunirse con el ministro de inmigración. A la vista de los hechos, razón no le faltaba al presidente. Ello no exime para que el ministro pudiese contestar a la pregunta de la compañera de Onda Fuerteventura, Nuria González, acerca de la financiación del CIE del Matorral anunciada por el propio Presidente del Cabildo Insular de Fuerteventura, Blas Acosta.
La sorpresa fue mayúscula cuando el Presidente del Cabildo, Blas Acosta, le comentó al ministro que era una pena que no pudiese visitar la misión cristiana moderna, por la gran labor que están realizando con los inmigrantes. Se le comentó que quizás, en su opinión, era más importante esa visita que otras que tenía programada. Entonces es cuando el ministro se enfadó y se marchó dando voces.
No se puede entender el motivo por el cual realiza tal falta de respeto, ya que nadie le ha dicho que haga una cosa u otra, simplemente se le comenta una opinión personal. Sinceramente creo, bajo mi humilde punto de vista, que en vez de ir a Corralejo, lo que tenía que haber echo el ministro era ir a ver la misión cristiana moderna y el CIE del Matorral. En definitiva, atender las demandas de una isla que pide ayuda a gritos con la inmigración.
Al final van a tener razón quienes decían que el ministro venía para la foto. Lo que es verdaderamente triste es que, una vez más, quien pierde es el pueblo majorero.