Con manos pacientes y mirada apasionada, Carmen, artesana tinerfeña, participa por primera vez en la feria artesanal de Antigua trayendo una propuesta tan delicada como emotiva: muñecos tejidos a mano con la técnica japonesa del amigurumi, una tradición que nació tras la Segunda Guerra Mundial, cuando las madres japonesas creaban juguetes para sus nietos como símbolo de esperanza y ternura.

“Hace más de 20 años me encapriché con hacer un muñeco, y desde ahí nació todo. Así comencé a tejer sueños”, cuenta Carmen, rodeada de figuras hechas con hilo, aguja y mucho cariño. Aunque no tiene raíces japonesas, su pasión por esta técnica artesanal se ha convertido en una forma de expresión única.

Su puesto, ubicado en la parte baja de la feria, invita a visitantes de todas las edades a descubrir piezas pensadas como regalos especiales: para madres, bebés, amigas o cualquier persona que valore los detalles únicos y llenos de significado. “Los muñecos no son solo para niños. A muchas mujeres nos encanta recibir uno como regalo”, afirma Carmen con una sonrisa.

Desde Tenerife a Fuerteventura, Carmen demuestra que los sueños también se tejen… y que cada puntada puede convertirse en un recuerdo imborrable.