La diputada del Grupo Parlamentario Nacionalista Canario (CCa), Natalia Évora intervino en la Comisión de Economía, Industria y Comercio para reivindicar, una vez más, el rechazo frontal a la extracción de Tierras Raras en la isla de Fuerteventura y exigió al consejero del Área, Manuel Domínguez, que fuera tajante al respecto. “Queremos que manifieste claramente que no se va a desarrollar esta industria minera para la obtención de materias primas críticas”, añadió.
Asimismo, la diputada hizo énfasis en que se trata de una demanda del pueblo majorero, de sus instituciones municipales y del Cabildo de Fuerteventura, que además cuenta con el respaldo de la sociedad canaria, de la FECAI y de la FECAM. Durante la celebración de la Comisión, Natalia Évora cuestionó las posturas manifestadas por algunos comparecientes ya que, a su juicio, parecen menospreciar “el conocimiento de la ciudadanía de Fuerteventura”. En este sentido, la diputada aseguró que los majoreros y majoreras cuentan con la misma documentación e información que manejan desde el Parlamento. “El pueblo entiende y conoce la ley de minas, por tanto, saben que no se trata solo de investigar, también implica la extracción ya que dicha ley da esa potestad”, explicó la parlamentaria nacionalista.
Durante su intervención, Évora recordó que existe un mandato, aprobado en la Proposición No de Ley el pasado abril de 2024, que insta al Gobierno de Canarias, a interceder con el Gobierno del Estado español a modificar esta ley, “y estamos esperando que se ejecute este mandato”, añadió. “Fuerteventura no permanecerá en silencio mientras se intenta comerciar con sus recursos al mejor postor”, aseguró la diputada.
Según Natalia Évora no puede existir progreso si se destruye la tierra. Además, añadió que la verdadera riqueza de la isla reside “en el valor de nuestros acuíferos, nuestros ecosistemas y nuestra identidad como pueblo”. “Allá dónde se extrae: el suelo se muere, el agua se envenena y la gente se enferma”, concluyó de forma tajante la diputada.
Por último, Natalia Évora invitó a las señorías presentes a conocer la historia de la isla de Nauru. Una isla del Océano Pacífico, que ha sufrido la devastación de su territorio provocada por la actividad minera en busca de fosfatos.
Estas prospecciones, que en un inicio generaron grandes beneficios económicos, especialmente para las empresas explotadoras, han tenido consecuencias irreparables para la isla. Entre ellas destacan la acidificación del suelo, que lo ha dejado completamente improductivo; el aumento de enfermedades entre la población; e incluso el desplazamiento forzado de habitantes, obligando a las autoridades a buscar alternativas de habitabilidad en otras islas.
Como resultado, Nauru figura hoy entre los primeros puestos del Índice de Vulnerabilidad Medioambiental elaborado por la Comisión de Geociencia Aplicada del Pacífico Sur.