El Banco de Tierras de Canarias, apoyado hoy por los grupos parlamentarios Socialista Canario, Nacionalista Canario, Popular, Nueva Canarias-Bloque Canarista, Agrupación Socialista Gomera, Diputada no adscrita y Mixto, dotará de suelo productivo a quienes deseen incorporarse al sector primario, dando una salida activa a los propietarios de terrenos ociosos y facilitando los procesos administrativos entre ambos. Y todo ello con efecto directo sobre las economías locales.
Esta PNL defendida hoy por el Grupo Socialista en el Parlamento de Canarias surge a iniciativa de la Secretaría de Alimentación y Soberanía Alimentaria del PSOE de Fuerteventura, “lo que pone en evidencia el buen trabajo que se realiza desde el ámbito insular para buscar soluciones a problemas locales, como darle productividad a las tierras ociosas y reactivar la vida y la economía rurales, que pueden tener reflejo en otras islas y aportar una solución global como es la creación del Banco de Tierras de Canarias”, afirma la diputada Rosa Bella Cabrera.
Un Banco de Tierras como el propuesto por el PSOE para Canarias actúa de punto de encuentro entre propietarios de tierras ociosas y personas interesadas en trabajarlas, simplificando los procesos administrativos mediante una ventanilla única y articulando fórmulas jurídicas de cesión y arrendamiento que garanticen seguridad para ambas partes. Asimismo, facilita la recuperación de fincas en desuso, la producción de alimentos de kilómetro cero, la protección de los suelos y su biodiversidad y la puesta en valor de los usos tradicionales.
En su exposición de motivos, la PNL señala que en Canarias existe una importante superficie de tierras agrícolas, ganaderas y forestales en situación de abandono o infrautilización. Se calcula que unas 85.000 hectáreas de suelo agrario canario están en desuso, teniendo actividad sólo el 30% de la superficie susceptible de albergar actividad agraria o ganadera.
El Banco de Tierras de Canarias se basa en casos de éxito en otros lugares de España, donde la agricultura y la ganadería de nueva generación, gestionadas a través de bancos de tierras, han servido de palancas para revertir la despoblación y empobrecimiento de sus territorios (lo que se conoce como “la España vaciada”).
El abandono del campo genera efectos múltiples: pérdida de biodiversidad, incremento del riesgo de incendios forestales, incremento del riesgo de inundaciones, desempleo rural, despoblación, erosión del suelo y degradación de paisajes tradicionales. Todo ello compromete los objetivos de sostenibilidad, cohesión territorial y soberanía alimentaria del Archipiélago.